En el encuentro JOMI 2014, vamos a ofrecer
algunas reflexiones que nos ayuden a situarnos en un mundo globalizado y
multicultural, en el que el diálogo de las religiones es una condición
necesaria para ahondar en las relaciones armónicas de las personas y las
culturas.
Nos mueven algunos principios que fueron
expuestos por el teólogo Hans Kung en Naciones Unidas:
Lo primero es el
principio de “humanidad”, según el cual todo ser humano –hombre o mujer, blanco
o de color, rico o pobre, joven o viejo- debe ser tratado humanamente. Esto se
expresa más claramente en la “regla de oro” de la reciprocidad: “lo que no
quieras que te haga alguien, no lo hagas tampoco tú a ningún otro”.
Estos principios se desarrollan en cuatro ámbitos de la vida
y comprometen a toda persona, toda institución y toda nación:
Una cultura de la no
violencia y del respeto por toda forma de vida.
Una cultura de la
solidaridad y un ordenamiento económico justo.
Una cultura de la
tolerancia y una vida auténtica.
Una cultura de la
igualdad de derechos y de la cooperación entre hombres y mujeres.
No hay paz entre las
naciones sin paz entre las religiones.
No hay paz entre las
religiones sin diálogo entre ellas.
No hay diálogo entre las
religiones sin estándares éticos globales.
No hay sobrevivencia de
nuestro globo en paz y justicia sin un nuevo paradigma de las relaciones
internacionales sobre la base de estándares éticos globales.